miércoles, 30 de octubre de 2013

Day after day...

Me levanto por la mañana con una música suave y relajante del móvil. Es música de guitarra pero es la tecnología la que me da la bienvenida a un día nuevo lleno de posibilidades reales. El móvil es lo que menos se me puede olvidar. Llevo la música, llevo la agenda, el correo electrónico, mis contactos. Si lo pienso bien casi no puedo empezar a funcionar sin el móvil... Lo meto en el bolsillo pero voy a andar conecto la aplicación endomondo o últimamente más runtastic, que me dice por dónde he andado, cuánto he recorrido, dónde fui más rápido y dónde más lento. También echo en mi bolsillo otro gadget, el fitbit one. Sirve para contar los pasos que doy, los pisos que subo. Me anima a andar más día a día... 10.000 pasos, 15.000, 20.000... parece algo absurdo pero ayuda de verdad. Sincronizo el fitbit con My fitness pal, que cuenta las calorías de todo lo que como y bebo a diario. Es portentoso, está todo; y si no está solo tengo que hacer una foto del código de barras y te lo localiza. De todas formas me alegra comprobar que el noventa por ciento de lo que como no lleva código de barras porque es natural. Cuando salgo a correr me pongo un pulsómetro, muy útil para correr dentro de unos parámetros de esfuerzo en los que mi cuerpo consume más grasa. Si me paso me avisa con un pitido leve, aminoro, lo complemento con runtastic en el móvil que me informa cuando he hecho otro kilómetro, del tiempo que he tardado, del tiempo medio de carrera... Por la noche pongo el fitbit en mi muñeca y cuando sincronizo en el ordenador puedo chequear cómo ha sido mi sueño, cuánto tiempo de descanso real he tenido, cuántas veces me he despertado por la noche... Nací a mediados de los setenta, tres años antes de que sony inventase el walkman;  y sí, me da un poco de miedo estar convirtiéndome poco a poco en un ciborg.

sábado, 26 de octubre de 2013

Decir hola

Ni que decir tiene que hace tiempo que no venía por aquí. No me ha ido mal, no. Sigo bajando poco a poco. Acostumbrándome a nuevos hábitos que me hagan cambiar la forma de comer y sobre todo las porquerías que me gustaban (¿gustaban? ¡Ja!). Me peso demasiado. He llegado a estar en 113 y ahora debo andar por los 114, 4. Los fines de semana continúan siendo un poco mi perdición porque todo se descontrola. Bueno, todo no, yo.

En el trabajo por fin me cambiaron a por la mañana. Eso ha sido difícil de gestionar con la dieta o lo que sea esto. Ahora desayuno a las 8,30 o por ahí, como una manzana habitualmente a las 12 y almuerzo (no me queda otro remedio) cerca de las 16 horas. Una barbaridad. Es raro el día que no coma demasiado pan en el almuerzo, o que no coja una o dos barritas de chocolate de mis hijas para mitigar la ansiedad. Al rato meriendo otra vez algo de fruta y por la noche intento cenar lo más ligero posible.

Ejercicio no puedo hacer. Ni pádel, ni correr... Ando aproximadamente una hora en el trayecto al trabajo, la ida y vuelta. Es poco para perder peso. Más que nada me mantengo y trato de pactar conmigo mismo no sobrepasar los 115 kilos. Así, si antes me había puesto la frontera en los 120, ahora la he bajado en cinco Kiletes, y eso me pone moderadamente contento. Aún así sé que si no hago algo más de ejercicio. Por lo menos dos o tres veces a la semana incluyendo algo el fin de semana, no tengo nada que hacer, apenas avanzaré y no cumpliré mi objetivo. Ahora mismo he entrado en una rutina complicada de trabajo-casa-casa-trabajo... para adelantar un poco he pensado quitarme del pan y reducir al máximo los hidratos de carbono pero realmente, sobre todo por la mañana, necesito una dosis de pan (buena dosis a decir verdad) con la tostada. Pero siempre que he dejado el pan, la pasta, el arroz, he adelgazado mucho. Podría hacer eso una semana o dos. Ya lo hice con la famosa dieta de la piña sin piña de la que hablo ahí abajo y perdí bastante. Pero la verdad es que no me encuentro con fuerzas. Prefiero seguir poco a poco controlándome lo máximo posible. Tratando de comer variado y alternando un día más relajado con otro más jodidillo.

Seguiré contando aunque sea de vez en cuando. Me paso a leeros.




domingo, 4 de agosto de 2013

Mi particular dieta de la piña

Bueno. Empecé con esta historia de la dieta de la piña porque quería darle un empujón al tema y vaya si lo he hecho. La cuestión es que en este tiempo (más o menos dos semanas) no he probado ni un solo trozo de piña. Digamos que he usado el concepto "dieta de la piña" y lo he adaptado a mi manera sustituyendo la palabra piña por fruta (en general) y verdura.
Así, más o menos un día normal he desayunado un yogurt desnatado y una pieza de fruta (algunos he comido pan también, pero pocos). A media mañana fruta. A medio día lo que hubiese de comer... he comido carne, pescado, lentejas... lo que se ha encartado. a media tarde y para cenar fruta también. A veces cae algún picadillo o alguna ensalada. Muy de vez en cuando algo de jamón con picos pero por lo general las cenas las hago muy ligeras. Esto no me pesa porque en verano como que se agradece comer así cosas fresquitas. Y el caso es que he perdido bastante peso. Me siento bien, me siento más delgado. Estoy contento porque estoy mucho más cerca de mi objetivo. Miro la lista esta de aquí al lado con los pesos y veo que ha pasado ya un año y que en todo este tiempo he perdido quince kilos. Con sus altibajos, sí, quién no los tiene, pero poco a poco, con paso firme y tratando de entender cómo se adelgaza sin poner en riesgo la salud.

ole ole, de Rodríguez españó...
Esta semana mi mujer y las niñas están de vacaciones en la playa y yo tengo que trabajar. Voy a ver si aprovecho para hacer más ejercicio y no pasarme demasiado con la comida. Quiero llegar al aniversario del blog con buena facha.

lunes, 22 de julio de 2013

Cosas de casa

Este fin de semana hemos estado en casa de mis padres. No sé si lo he dicho antes pero allí se come mucho y bueno. Sobre todo se cena, se cena mucho. La verdad es que yo he comido lo bueno y lo malo, no lo he podido remediar, han sido como unas mini vacaciones dentro de mis vacaciones... en lo que se refiere a la comida, claro. Tanto he comido y tanto he engordado (no digo nada hasta el pesaje oficial del viernes), que he decidido hacer una dieta express para limpiar un poco el organismo. Serán tres días con la famosa dieta de la piña aprovechando que la está haciendo también mi mujer. por lo general soy bastante escéptico con esas dietas pero en este caso creo que me vendrá bien limpiar un poco la cosa por dentro y resetear en lo mental porque, al fin y al cabo:

- Tengo la suficiente grasa en el cuerpo como para que no me de un jamacuco por poco que coma en tres días.
- La dieta de la piña, en mi caso, es un eufemismo, ya que soy incapaz de comer una sola fruta (necesito variedad por naturaleza), Tanto es así que hoy no he comido piña aún.

Por la mañana he comido un yogurt desnatado y un melocotón.
A media mañana han caído dos melocotones (mal, debería haber sido solo uno).
Para almorzar he comido un poco de pollo guisado que sobró el otro día sin pan ni patatas ni nada. De postre un yogurt desnatado.
Para merendar pienso comer sandía y para cenar ( creo que entonces sí), comeré piña y otro yogurt desnatado o un huevo duro más que nada para que tenga sentido el nombrecito de la dieta.

Ya os contaré cómo me va esto. Ya os digo que es una cuestión de ir saliendo del filo de la navaja.

viernes, 5 de julio de 2013

Ya sé lo que hay que hacer para adelgazar

Hace calor. Sale en el telediario. En realidad tampoco hace más calor que otros años. Hace el calor que suele hacer en este tiempo así que pienso que si pusieran el reportaje del año pasado no notaríamos la diferencia. Los mismos guiris metiendo los pies en las fuentes, los mismos albañiles hablando de que tienen que beber mucha agua y terminar antes la jornada laboral...
El tema del calor hace que se me haga más difícil correr pero lo estoy haciendo, y, cuando lo hago, lo noto en el peso. Tanto es así que esta semana he estado montando una especie de ecuación que me sirve a mí personalmente para motivarme, por eso he hecho la gracieta esa del título; porque, por lo demás, mientras más peso pierdo, más me convenzo de que todo esto es un misterio.

Si no hago ejercicio y como como un poseso  ENTONCES        Engordo como un cerdo
Si no hago ejercicio y hago dieta                     ENTONCES        Me mantengo más o menos (con tendencia a engordar)
Si hago ejercicio y no hago dieta                     ENTONCES        Tiendo a adelgazar muy despacio.
Si hago ejercicio y dieta                                  ENTONCES        Adelgazo a ojos vista y me encuentro de PM.

De lo que se deduce que mucho más importante que comer bien (que ya es bastante importante) es mover el pandero. Y desde luego andar solo ya no basta: hay que hacer ejercicio, y hacerlo durante más de media hora, y hacer cambios de intensidad, y hacerlo sostenido en el tiempo (no dejarlo)... en fin, hay que cambiar de forma de vida.

¡Y las cenas ligeritas!


lunes, 24 de junio de 2013

Remontando

Vaya alegría me llevé el viernes pasado. Un kilo mondo y lirondo en una semana. Eso no pasaba desde... bueno, no sé desde cuándo. El mismo viernes fue el cumpleaños de mi hija pequeña a sí que me desquité bien. El sábado fuimos a celebrarlo comiendo fuera y me pasé. El domingo fuimos a la piscina de casa de mis padres y me súper pasé (almuerzo y cena). Hoy pesaba 119,0. O lo que es lo mismo, que ha sido un desfase de fin de semana.
Ya hoy me lo estoy tomando con bastante calma. He almorzado ensalada y filetitos de pollo. Ahora a media tarde me he tomado un yogurt helado con fruta porque hace un calor aquí como para freir huevos en el asfalto (¿alguien sabe cuánto engorda un yogurt helado?), y esta noche cenaré sandiíta cuando llegue a casa.
Bueno. Solo espero poder seguir corriendo aunque ahora la niña mayor ya está de vacaciones así que lo tengo crudo como no sea que me levante muuuuuy temprano para correr.
Paro. Esto escribiendo sin ton ni son. Esto parece el Diario de Bridget Jones así que consigno todo esto y ya escribiré más y mejor cuando tenga un rato.
Aaaaaadios.


martes, 18 de junio de 2013

Corriendo...

No puedo ser muy sistemático en esto de correr, y eso me jode. Pero el trabajo es el trabajo y el mío me ocupa mucho tiempo. Ahora estoy tratado de salir lunes, miércoles y viernes; pero, como mañana va a ser imposible porque trabajo todo el día, voy a tratar de salir esta noche un rato.

La imagen está muy trillada pero no he podido reprimirme...
Empecé con una rutina que me pareció bastante asequible para empezar. Se trataba de andar ocho minutos y correr dos, tres veces. Total una media hora. A la semana siguiente siete andando y tres corriendo y así se iba reduciendo andar y se iba aumentando el trote. Pero ahí me quedé. Me encontraba bastante bien y dentro de lo que cabe las series corriendo no me fatigaban demasiado. Pero a través de un amigo contacté con un entrenador que en una conversación telefónica y tras hacerme algunas preguntas (bastantes) me recomendó lo siguiente:
Cambiar la rutina a cuatro minutos andando y uno corriendo. Y hacerlo durante más de media hora. Ahora lo estoy haciendo cuarenta minutos, es decir, ocho veces. Por lo visto sirve mejor para adelgazar y para ir acostumbrando mi cuerpo a correr. ¿Sensaciones? Bueno, me cuesta horrores salir a correr. Para empezar el lunes me fue imposible hacerlo en ayunas (no podía literalmente tirar de mi cuerpo sin nada en el estómago). Al final salí a las 11,30, una hora imposible si no fuera porque el tiempo está un poco "saborío" por aquí ahora. Cuando me sienta cómodo en esa rutina voy a ir subiendo los segundos y reduciendo muy poco a poco el caminar. Más o menos de quince en quince segundos, hasta que corra más que ande. Eso va a servir para ir alargando paulatinamente mi carrera a la vez que me va a servir para perder peso. Creo que es cuestión de paciencia. Mucha paciencia. Pero de eso me sobra.

viernes, 14 de junio de 2013

Resumen de la semana en la que he bajado de 120

No tengo mucho que añadir a lo de ayer. Estoy contento por eso. Me gustaría tener tiempo para hacer ejercicio (quién me iba a decir que acabaría escribiendo esto alguna vez en mi vida). El trabajo me come. En realidad me gustaría tener tiempo para hacer casi cualquier cosa. Pero no puedo. No puedo porque me estoy rindiendo ante la rutina. Es una batalla que creí que podría ganar fácilmente pero me tiene bastante atado. Por otra parte desde que hago cuentas soy plenamente consciente de que no tengo ni un pavo. Si yo fuese al médico y le dijera cómo me siento (y el médico fuese un poco suspicaz) me diría que lo que necesito son unas vacaciones.
Y para hablar algo de dietas os diré que hoy voy a pasar mucho tiempo fuera pero que tengo muy claro lo que voy a comer:
Desayuno. Ya lo he hecho. Una pieza entera de pan con aceite y fiambre de pavo más un yogurt desnatado.
Media mañana (Me temo que nada... mal!)
Almuerzo: Dos tapas. Una de salmorejo, seguro.
Merienda: He descubierto una tienda de zumos buenísima. Va a caer uno esta tarde de naranja, kiwi y piña...
Cena: Sandía.
Y ya está. Seguimos.

jueves, 13 de junio de 2013

Esto va a costar

Nadie dijo que fuera a ser fácil realmente. Yo ya lo sabía. El caso es que ahora voy bajando muy poco a poco. El viernes pasado no tuve mucho pellejo para hacer resumen semanal así que os lo comento ahora, de cara al de mañana que no sé cómo estará( bueno, más bien sí lo sé pero creamos la expectación). Creo que estoy cerca otra vez de bajar de 120. Ojalá sea mañana. Recuerdo que cuando los bajé el año pasado me propuse no volver a sobrepasar la cifra de los ciento veinte. Eso es muy fácil decirlo y muy difícil mantenerlo. Puede ser (puede) que mañana esté por debajo de nuevo. y puede ser que sea muy poco por debajo. que haya perdido en esta semana solo trescientos y cuatrocientos gramos. Hoy me tocaba correr pero el calor está siendo tan sofocante que me da miedo poner un pie en la calle a las diez de la mañana. Menos ejercicio.
El caso es que da la maldita casualidad que me sentía más delgado, mejor conmigo mismo, hace cuatro semanas, cuando quizás pesaba tres o cuatro kilos más, que hoy mismo, cuando a lo mejor estoy por debajo de una cifra psicológicamente decisiva. Y eso es porque me pesa la cabeza. Me pesan los problemas, alguna preocupación y un poco de tristeza.


Hoy hace 125 años que nació Fernando Pessoa. Este poeta ha sido muy importante en mi vida. Estos días me estoy dando cuenta de lo importantísimo que ha sido. Sobre todo una obra suya. El libro del desasosiego. La poesía es impresionante. Toda. Os lo recomiendo.

jueves, 6 de junio de 2013

Gordos anónimos

Hoy he ido a a reunión esa a la que me recomendó asistir el médico el otro día. Yo pensaba que la cosa iba más estilo terapia de grupo con un nutricionista pero no, soy un cándido además de un novelero.
Lo primero: todos eran mujeres. Eso ya lo tengo asumido. Ya me siento aquí también en franca minoría y eso no me hace sentir mal. Tampoco he estado incómodo por ser el único hombre. Un poco más por ser el más joven. Todas eran mujeres de entre cincuenta y muchos más años. Vamos, que podían ser mi madre y algunas mi abuela.
A mí me mosqueó que nos hubieran citado en la biblioteca del centro de salud. No es que sea un asiduo pero una biblioteca se ve... el caso es que cuando me indican hay que ir como a los sótanos, una especie de búnker sin ventilación con una pinta rarísima. Entramos todos (más bien todas) y nos ponemos alrededor de una mesa. Es sentarnos y empezar a sudar y a sudar del calor que hacía allí abajo. "Tate -me digo-, que estos los que quieren es aniquilarnos aquí abajo. Doce personas gordas con sus posibles futuras enfermedades que se quita de enmedio el Servicio Andaluz de Salud". Así que me pongo cerca de la puerta por si hay que salir corriendo. Pero no. La cosa es mucho más aburrida que eso. Viene un tipo que ni se presenta, ni dice quién es, ni a qué se dedica (si es médico, ats, o el de mantenimiento) y nos pone un power point con la pirámide nutricional, más o menos lo mismo de siempre. Para que os hagáis una idea mis compañeras han intentado salirse por la tangente de la mortal chapa que nos estaba dando con un interesante debate de si el danone (léase yogurt) natural engorda menos que el de fresa. Y de ahí hemos pasado a que los huevos marrones saben un poco peor que los blancos... yo, por supuesto, más callado que ojú aunque ahora que lo dicen es cierto que los huevos blancos siempre me han dado más buen rollo.
Es la primera reunión, y la última para mí, puede que la cosa remonte muchísimo la semana que viene. Pero me parece a mí que no terminan de enfocar bien la cosa. Cuando han podido hablar estas mujeres (casi todas ellas) han dicho que andan bastante, muchas una hora u hora y media diaria, y hacen la comida como la han hecho siempre. Cuando hablaban de lo que comían tampoco es que se den grandes atracones. Creo que se merecían poder contar más o menos cómo hacen la comida, cómo se organizan el día, para poder indicarles qué están haciendo bien y qué mal. Lo mismo yo. Creo que la cosa iba más por ahí. No tenemos ganas, ni tiempo, de que nos den una clase de nutrición de primero de la eso.
Por último una cosa que me dejó un poco triste. A mi lado había una señora bastante mayor que no sabía leer ni escribir. La ayudé a poner su nombre en un papel pero ella no sabía ni cuánto pesaba ni lo que medía. Entonces me dijo que era repetidora del curso, que lo había hecho antes el mes pasado: "Yo aquí la verdad es que no me entero de nada pero por lo menos descanso un par de horitas del trajín de mi casa"... Vaya tela.

lunes, 3 de junio de 2013

Estancado pero corriendo (Resumen atrasado de la semana x)

Lo malo es que me he quedado un poco parado. El jueves era fiesta en Sevilla y nos cogimos el puente para ir a la playa. Como no me iba a pesar el viernes me pesé el jueves por la mañana para ver que, en efecto, estaba quedándome estancado. Solo cien gramos perdidos sin tener conciencia de haberlo hecho excesivamente mal. Luego el puente me he abandonado un poco. He comido fuera mucho, he comido alguna comida basurilla que otra. En fin, han sido unas vacaciones en toda regla. La verdad es que no me hubiera costado mucho pasar. De hecho por la noche me he mantenido casi siempre a raya y he comido ensalada o fruta. pero mientras preparaba un sandwich a la niña no he podido evitar la tentación de darle un tiento al salami o meter una rodajita de pavo en una rebanada de pan de molde. Eso y los helados, claro, que han caído dos, o puede que tres...
En fin, borrón y cuenta nueva porque hay algo bueno. Y lo bueno es que sigo corriendo. La semana pasada corrí martes, jueves y sábado. La cosa, como os dije, iba de andar ocho minutos y correr dos en tres series. Una media hora más lo que luego tardo en volver a casa. Esta semana quiero correr lunes, miércoles, viernes y domingo. Por ahora hoy ya he subido un minuto corriendo. Ando siete y corro tres por tres veces. No tengo tanta sensación de que voy a morirme. No tengo dolores raros en los tobillos ni las rodillas. Si me molesta, y es raro, el hombro derecho mientras corro. Pero se pasa enseguida. Desde luego, aunque estancado, siento que estoy muy activo. Siento que voy a conseguirlo. Estoy optimista (y eso que es lunes).
P.S. Cuando voy a por el tercer minuto de carrera pienso que nunca, pero nunca nunca, podré correr durante media hora seguida. Correr cansa de verdad.

martes, 28 de mayo de 2013

(Ya sé) de qué hablo cuando hablo de correr...

Bueno, quien dice correr dice ese trote cochinero nada estilizado que he hecho esta mañana. Han sido tres series de andar ocho minutos a buen paso y correr dos. Algo más de media hora al final hasta regresar a casa. ¿Sensaciones? Pues los primeros dos minutos literalmente pensé que me moría de un infarto. Se me han hecho larguísimos. Creo que empecé demasiado fuerte porque todavía estaba en zona muy urbana y más que correr huía de que la gente me viera. La caminata siguiente me la pasé preguntándome si iba a ser capaz de correr la segunda serie de dos minutos. Y sí, fui capaz. Me encontré mucho mejor. Con un ritmo lentito pero muy sobrellevable y sobre todo sin ninguna molestia. Al final de la tercera serie, cuando estaba corriendo, sentí un leve dolorcito debajo del tobillo izquierdo por fuera. Apenas nada, se quitó enseguida y no me dolía al andar. Creo que más bien era por la paranoia de pensar que podía hacerme daño. Pero en resumen, me he encontrado bastante bien. Ahora me encuentro cansado, con las piernas como flojas, pero contento de haber dado el primer paso.

¿Ahora qué?, ¿Eh, Murakami? ¿Ahora qué?...
De todas formas no ha sido fácil. Como sabéis soy propenso a equiparme más que un piloto de carreras antes de hacer cualquier esfuerzo físico. Es algo superior a mí lo que me gustan los cacharritos y los gadgets. Así que iba que parecía robocop. El pulsómetro, la cinta pectoral para las pulsaciones (eso no se ve), el brazalete para llevar el móvil, los cascos... hay que encender tantos cacharros antes de salir que casi estaba cansado cuando salí a la calle. Eso sí, como un pincel. Lástima que se me olvidó un detalle. Quitarme las gafas. No es buena idea correr con las gafas de pasta, es un horror, se resbalan con el sudor y parece que está uno haciendo un sketch en una película de Woody Allen (con el doble de kilos y menos de la mitad de talento que él, claro). Así que ir tan preparado no me ha servido de mucho ya que casi todo el camino he ido con las gafas en la mano. Y claro, cuando ves un corredor con todos sus detalles, pero con las gafas de ver en la mano te dices: "este tío es la primera vez que sale a correr en su vida". Y así ha sido.
Luego me he pesado y muy bien. Pero eso ya es otra historia. Lo de correr ahora mismo es muuuucho más importante para mí.

viernes, 24 de mayo de 2013

Resumen de la semana... nomeacuerdo

Con tanto parón y tanto cambio de día de peso ya estoy hecho un lío así que voy a cambiar la forma de llamar a las semanas según se me vaya ocurriendo. Al fin y al cabo llevo ya tantas que qué más da. Si es importante que haga estos resúmenes porque animan y sirven para ver qué has hecho bien y qué has hecho no tan bien.
Esta semana, por ejemplo, ha sido normalita aunque ponerme malo el domingo me ha dejado renqueante. Las comidas las he hecho bien relativamente (quizá me pasé un poco el día que comí en la calle), pero creo que sobre todo estoy pasándome en las cantidades de fruta. Como mucha fruta de verano porque parece que la he pillado con ganas. Y cuando yo digo mucha, creedme, es mucha. Aun así he perdido un kilo. Andar he andado lo típico, más de una hora diaria salteada en ir a llevar al cole a mi hija, hacer la compra, ir al trabajo, etc. Sigo sin correr aunque este fin de semana viene un amigo que me puede enseñar a usar el pulsómetro y con eso puede (puede) que me motive para salir y probarme aunque me sigue dando un poco de (bastante) corte.
Por otra parte mi mujer ha comprado un jamón. Ya conté hace tiempo una compra parecida así que ya os contaré cómo me afecta tener ahí jamoncito disponible sobre todo para desayunos y cenas. Como soy tan malísimo cortando jamón y al final desperdiciamos un montón, lo ha encargado en un sitio que te lo cortan entero y te lo envasan al vacío en cómodas raciones. Dura un montón y es mucho más cómodo para todo.

Esto es un jamón deconstruido y lo demás son tonterías.

Como retos para la semana que viene me pongo seguir así, intentar no pasarme en el fin de semana (complicado con viaje al pueblo y visita de amigos en casa), y hacer algo de ejercicio por fin. En el programa que uso para hacer el control de peso he añadido una categoría de tiempo. No es por nada en especial, creo que me motiva más perder los diez kilos que me sobran con una fecha límite que no poner fecha y que la cosa se dilate en el tiempo tanto... he puesto el 11 de agosto que es la fecha del primer post del blog. De manera que habría perdido los veinte kilos en un año con el parón y rebote en medio tan jodido. Si no lo hubiese tenido ya estaría de sobra en el peso que me había propuesto pero qué se le va a hacer.
Por último quería saludar a una nueva lectora. Es mi mujer. Me ha descubierto. Era cuestión de tiempo y yo lo sabía. No me ha dicho nada pero esas cosas se detectan en pequeños detalles. Solo quería saludarla desde aquí y desearle suerte también en su dieta, y decirle que haré todo lo posible para que también tenga tiempo para andar o ir al gimnasio. Te quiero mucho E.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Me fuerzo a escribir...

Sí, más bien es eso. Hoy miércoles he hecho otro pesaje de control y estaba en 121,7 Kg. Cien gramos más que el lunes. No es que me haya pasado mucho pero ayer comí con unos compañeros de trabajo y creo que estoy andando un pelín menos que otros días. No pasa nada. Simplemente a priori no sabía de qué podía hablaros. He descubierto unas galletas de limón del mercadona que me están sirviendo para media tarde. vienen cuatro en un paquetito y aunque no sea lo mejor me sacian bastante y me ayudan a llegar a la cena sin mucha ansiedad.

Son estas... ¿serán muy chungas?
Ayer, después de la comida de trabajo, no comí nada por la tarde y llegué frenético a casa de noche. Me preparé un picadillo con tomate, pepino, cebolla y una lata de atún y de postre comí sandía (one more time). Este medio día he hecho lentejas y la primera intención era dejarlas para la familia y comerme yo filetes de pollo a la plancha y ensalada pero al final he sucumbido a la tentación de la facilidad de meter el cucharón en la olla y ponerme un plato de lentejas. Es tan fácil de comer como de hacer. Esta mañana he aprovechado para hacer limpieza en el armario. He encontrado la camiseta famosa y me la he probado por ver... y sí, definitivamente, todavía falta un huevo.

lunes, 20 de mayo de 2013

Un espejismo...

Ayer mi mujer me dijo que la báscula está estropeada. Que se subió tres o cuatro veces y le daba pesajes desquiciados con variaciones de tres o cuatro kilos. La verdad es que a mí no me pasa. En mi caso el que está un poco desquiciado soy yo. Esta mañana me he pesado y: tachaaaaan, 121,6 Kg. Tampoco hay que echar las campanas al vuelo. Este fin de semana no me he pasado porque este fin de semana he estado más bien malo. No ha sido un malestar horroroso pero tenía como unas náuseas constantes, extrañas, un mareo... Ya, ya sé lo que estáis pensando y no, no creo que esté embarazado. Descartando eso (por ahora), pienso que debe haber sido un virus. Voy a tratar de seguir bien y no pasarme esta semana a ver si mantengo esos 121 o incluso veo ya el cerito de los 120 que me haría mucha ilusión.
Otro referente. 
Hoy ya me han dicho dos veces que estoy más delgado. Que si estoy a dieta. Me hace sentir bien. Espero que dure. Cuando volvía de llevar a la niña al colegio he pensado que mi meta (pesar 110 kilos) es realmente el peso en el que muchos tienen puesto el límite. Para cualquier otro ese peso sería un auténtico drama pero yo, ahora mismo, creo que estaría muy orgulloso de mí mismo si llego a conseguirlo.
He bajado bastante la ingesta de sandía porque mi mujer le echa la culpa de que esté malo. Todo en mucha cantidad es malo, ya lo sé.Tengo una náusea que no se me quita. Como menos, bebo aquarius, más o menos voy bien. Os voy contando.

viernes, 17 de mayo de 2013

...O no tan bien.

Esta mañana pesaba 122,1 Kg. Bien pero no tanto. Efectivamente tengo que hacer más, mucho más, para conseguir menos que antes. Y el caso es que mi sensación es que el esfuerzo (tampoco es tanto pero bueno) creo que no está sirviendo para mucho porque no lo estoy haciendo tan bien.
En el fondo no debería quejarme porque con respecto al viernes pasado son cuatrocientos gramos menos pero con respecto al lunes pasado es casi un kilo. Si no me centro es difícil. Y hoy no estoy muy centrado. Como ayer llegué a casa tardísimo y esta mañana tenía que salir muy temprano no me he podido preparar nada. He comido ahora corriendo dos tapas y cuando volvía me he comprado un kit kat que me he comido en dos patás. Ha sido un arrebato. Una necesidad imperiosa de algo con azúcar después de estas dos semanas. No sé si el fin de semana se presenta otra vez complicado o qué. Por ahora ya que vaya a llover me hace chof. Intentaré coger ánimo y volver a la buena senda. Sinceramente creo que es algo pasajero. Ya os contaré el lunes. Ainsssss!

Ahí va... y no precisamente a colgar un cuadro.
Por cierto poco a poco me gustaría ir contando otras cosas en este blog. Más que nada para que no parezca que soy un obseso de las dietas. Nada más alejado de la realidad. Aunque va de dietas y de perder peso no está de más contar cosas que he visto o que he leído y dejar constancia aquí. Ayer vi DRIVE. Una película distinta, inusual, cañera, romántica (de una forma un poco particular), violenta (a ratos), tierna, que sabe crear tensión o relajarte, con una banda sonora estupenda y donde no sobra ni una frase. Buen fin de semana.

jueves, 16 de mayo de 2013

Mañana me peso

Estoy seguro de haber titulado un post así antes pero no lo puedo remediar. No es que esté obsesionado ni nada. Pero se me ha metido en la cabeza que este tirón me va a costar más, y que tengo que hacer más esfuerzo para conseguir peores resultados. Es una tontería pero tiene que ver con los pesajes de control que hago a la semana y que no apunto. Bueno. Yo a lo mío. Lo estoy haciendo muy bien. Quizás fallo en que como demasiada fruta. Después del almuerzo (que como os digo es muy tempranero), ya solo como fruta. Intento no comer hidratos de carbono a la tarde. Un té o una menta poleo no estaría mal pero la verdad es que no se me apetece. Me como una manzana y después a la noche la sandía. Sé que no está muy bien pero por ahora es a lo que me he acostumbrado.
Hoy he ido al médico. Le he dicho que estoy a dieta y me ha recomendado asistir a unos grupos que se están haciendo con nutricionistas en el ambulatorio. Como soy muy novelero le he dicho que sí, que voy a ir, pero seguro que es por la tarde y en horas imposibles para mí. Entre lo del médico y unos mandados que tenía que hacer me he hartado de andar hoy. A lo mejor me viene bien seguir así hasta que mi propio cuerpo decida echar a correr por si solo (ya).
Atún encebollado más apañado que me he hecho hoy...
Hoy he leído una entrevista a un nota que tiene un nuevo método para adelgazar. Se trata del método Thinking. En realidad el planteamiento me parece bastante razonable aunque uno tiende siempre a mirar con recelo estos libros y métodos a priori. Si alguien conoce un poco más podría comentar. Parece que es una especie de clínica que te ofrece expertos en ejercicio (entrenador personal), psicología y nutrición. Así de primeras parece estupendo aunque creo que lo ideal es que nosotros mismos tengamos la suficiente fuerza mental para tener dentro de la cabeza a un entrenador (un yo que te dice que te levantes del sofá), un psicólogo (un yo que te anima y no deja que te dejes llevar por la ansiedad), y un nutricionista (que es un yo que se preocupa por saber qué es lo que comes y cómo lo comes).
Como os dije el martes la semana se me está haciendo eterna. A ver si el finde me lo puedo tomar con más calma y no me paso mucho. Mañana os cuento.

martes, 14 de mayo de 2013

Semana rara

Se me está haciendo larga la semana. Lo sé. Estamos solo a martes. Será por eso. Ayer tuve un día malo malo por cosas que no tienen tanto que ver con los kilos y la comida. Entre otras cosas me estoy cambiando de compañía de teléfonos y me han dejado el móvil inutilizado no sé hasta cuándo. Me da coraje no solo estar sin móvil si no ser consciente de lo absolutamente dependiente que soy del puñetero aparatejo. La felicidad que supone estar ilocalizable no supera al estrés de no poder tener a nadie localizado. Una auténtica locura este tiempo en el que vivimos...
y después del rollo trascendental de hoy os diré que estoy (sigo) haciéndolo bastante bien. Ayer me traje por primera vez las lentejas al trabajo en un tupper y me organicé bien. No está el horno para gastar tanto en comer fuera. Hoy sí me he comido dos tapitas pequeñas. A media tarde no tengo nada pero como he almorzado a una hora más andaluza pues creo que aguantaré bien hasta las diez y pico que llegue a casa. Aun así debería tomar algo a media tarde... Pero ¿QUÉ?

Estoy canalizando mi amor por la sandía
Me hizo mucha gracia el comentario de Amelia ayer. Eso de que le dan ganas de animar a la chica gordita que se encuentra caminando por el parque. A mí no me pasa eso precisamente. Ahora lo que me pasa es que cuando veo a alguien con sobrepeso correr me pongo en su pellejo y, sobre todo, me comparo... pienso en si podría hacer lo mismo, en si podré hacer lo mismo. Y pensando pensando se me van los días y no echo a correr. Por ahora estoy andando. Ya os lo dije. Cuando reciba una cosa que me ha mandado mi hermano hoy mismo de London City os hago un post guapo guapo con un nuevo cacharrito que me he pillado y que tiene que ver con andar. Otro día.
Mañana me peso. Ya veremos si os lo cuento o mejor ya hago el resumen el viernes con el peso oficial. Por hoy basta de terapia. Escribid más y sed felices.




lunes, 13 de mayo de 2013

Asco de lunes

Esta mañana he salido del cuarto de baño como dios me trajo al mundo, despejado en todos los sentidos, me he subido al peso y: "123 Kg. Vaya, no ha estado tan mal. He perdido medio kilo... ¿cómo habrá pasado?". Y es que el fin de semana ha sido un poco de desfase: tortilla de patatas (mi especialidad), dos helados y una hamburguesa (pequeña)... luego he ido al móvil, donde meto el historial del peso. Y resulta que el viernes pesaba 122,5 Kg. Soy un gilipuertas monumental. El chasco ha sido impresionante por el despiste. Si hubiese tenido en la cabeza mi peso del viernes hubiera rápidamente acudido a mi vena optimista y realista: "He puesto medio kilo en un fin de semana. No está tan mal, son cosas que pasan. He podido hacer poco ejercicio, hemos tenido visitas...", pero el shock de pasar de perder-medio a poner-medio, es un auténtico rollo.

¿Cómo? ¿Obsesionado? ¿Loco? Nooooo...
Bueno. Como he dicho otras veces esto no lo apunto. Ya voy a pesarme los viernes otra vez entre otras cosas para no darme más castañazos como el de esta mañana. El viernes apunto. Ya veréis como ese día he perdido algo con respecto al viernes pasado... lo sé, soy un bocachancla irremediable. Pero tengo muchas ganas de bajar de los 120 kilos otra vez. Y lo voy a hacer antes de darme el primer chapuzón en la piscina. Por estas.

viernes, 10 de mayo de 2013

Lo estás haciendo muy bien...

... o no tan bien pero por lo menos quiero aprovechar para automotivarme ahora que la cosa está volviendo a ser favorable. Hoy peso 122,5. O sea, que he perdido aproximadamente tres kilos en diez días. Ya, ya sé que no hay que correr. Mi idea no es correr y si ves mi progresión ahí al lado verás que la media es de kilo a la semana más o menos cuando coja la velocidad de crucero.
Hay condicionantes que hacen que esté perdiendo peso de nuevo. Uno es el horario. Lo comenté ayer. Otro es la primavera. La llegada del buen tiempo. Mi bajón, o mejor dicho subidón de peso llegó en noviembre del año pasado. Con la llegada del invierno y las navidades y todo eso. No solo porque en navidad se coma más (que también) sino porque se hace menos ejercicio. También me coincidió con un cambio radical de horarios y eso me influyó. Pero lo que más influye, lo peor de todo, es estar jodido, deprimido, estresado, por cosas que no tienen que ver con comer pero que de alguna u otra forma explotan en atracones. Eso solo lo puede entender quien ha pasado por ahí.

Sigo con mi amor a la sandía... ya llegó el verano, ya llegó la fruta...
Ahora, sin embargo, tengo la mente más fresca, estoy sacando varias cosas adelante y me encuentro con fuerzas. Y no sé si ha sido el click exactamente o una orden que en algún momento le he dado a mi cerebro casi sin darme cuenta. Una orden que más o menos dice: "déjate de tonterías y hazlo en serio". Un paso sencillo, volver a cuidar lo que como, que funciona como una ficha de dominó que va empujando a otra y a otra para hacer que esté mejor.
Tengo una asignatura pendiente. Se llama correr. Peso demasiado para hacerlo en serio pero yo quiero empezar muy poco a poco. Si tengo que andar nueve minutos y correr uno estoy dispuesto para empezar. Solo tengo que vencer un estúpido sentido de la vergüenza que me mira a mí mismo desde fuera con chándal corriendo por el parque y se descojona. You Know.

jueves, 9 de mayo de 2013

Día tontorrón

No es que lo haya hecho mal hoy, pero si cambio los horarios habituales todo se trastorna. Y cambiar los horarios en mi caso no es cualquier tontería. Como estoy trabajando por la tarde suelo comer alrededor de la una. Puede que os parezca una tontería pero es una hora buenísima para una dieta. Lo que es verdaderamente una locura es comer a las cuatro de la tarde como hace (no tiene más remedio) mi mujer.
Mi horario entre semana es:
Desayuno 8 de la mañana
Media mañana a las 10:30 aproximadamente
Almuerzo 13 horas (o un poco antes)
Merienda 17/18 horas
Cena 22:30 o 23.
Como ceno tan tarde últimamente estoy tratando de comer fruta nada más para acostarme ligero. El caso es que, por ahora, la merienda también es fruta y eso tengo que limarlo un poco.
Hoy ni mi mujer ni yo teníamos que ir a trabajar así que ha sido una especie de sábado. He tomado la fruta de media mañana y el tiempo hasta la comida familiar (14:30) se me ha hecho eterno. Cuando pasa eso estoy comiendo un puñado pequeño de cacahuetes. Eso he comido alguna noche además de la sandía. Pero hoy he picado unos ganchitos de esos asquerosillos que me han sabido a gloria. No me he pasado más pero lo pongo aquí porque es absurdo y porque estaban buenos (los jodíos).
MAñana me peso. No me aguanto y además no me acostumbro a lo de los lunes. Me pega más al final de la semana, como una prueba superada, un capítulo leído. Afronto mejor el fin de semana y la semana. No me justifico más. Mañana me peso. Ya os contaré.

miércoles, 8 de mayo de 2013

El click

Me estoy pesando los lunes ahora. Ya llevo dos. No es por nada en especial. Es que he empezado con buen ánimo y no me importa si en el fin de semana pongo un pelín. O mejor dicho, voy a intentar no pasarme demasiado tampoco los fines de semana.
Esto es por el click. No sé por qué he hecho click. Empezar esto otra vez ha sido como arrancar una sierra eléctrica (en las pelis de miedo). Ha costado. He probado tres o cuatro veces, tres o cuatro semanas. pero al final ha arrancado bien y me encuentro con fuerzas, sin demasiada hambre, sin mucha ansiedad. Está todo en la cabeza. Qué fácil decir que está todo en la cabeza y qué difícil dejar que la cabeza te responda, o más bien te acompañe.
He dejado la coca cola light en casa. Ya no compro esos tochos de coca colas ni me bebo dos o tres al día. Me tomo una si como fuera, o si estoy en un bar y no sé qué pedirme. Eso hace que esté tomando dos o tres a la semana. En sustitución bebo mucha más agua y un tinto con casera para almorzar. La casera (gaseosa) tiene cero calorías y como después voy en tren al trabajo no pasa nada. Bueno, tampoco un tinto con casera me iba a hacer saltar los límites del control de alcoholemia pero por si acaso.

Un poco de ensaladilla como entrante y tampoco pasa tanto.
Vuelvo a mi teoría de comer sano. Vuelvo a leer al Michael Pollan y sus sencillas directrices para comer bien. Vuelvo a alegrarme de vivir en un pueblo donde comer verduras, hortalizas y fruta fresca es barato y accesible. me alegro de no vivir en California o en París donde un tomate (bueno) cuesta más de dos euros. De todas formas no le haría ascos a un viajecito a alguno de estos dos sitios... necesito unas vacaciones y las necesito ya.

lunes, 6 de mayo de 2013

Resumen semana uno (otra vez)

He perdido algo. Al principio, ya lo sabemos, se pierde así, en plan tobogán. Es un gustazo. La cosa está en mentalizarte de seguir haciéndolo bien. Y el caso es que "hacerlo bien", no es más que hacerlo normal. El caso es dejar de ser un ansioso que se come todas las porquerías que se encuentra a su paso. Ahora voy muy poco a poco pero está funcionando. Como entonces, comienzo la concienciación de atrás adelante. Desde la noche hasta el desayuno. Estoy desayunando bien, muy bien, casi normal. Pan con aceite y pavo más un zumo o un yogurt desnatado. Almuerzo algo sanete alternando mucha verdura, con algo de carne o pescado. Luego a media tarde manzana, otra cosa de fruta o nada; y por la noche casi siempre fruta (sandía) y una ensalada o un aliñito. La verdad es que con este tiempo da más punto la dieta porque yo soy muy frutero y sobre todo muy sandiero. No sé si lo he contado antes pero un verano en la playa mis primos me cantaban esta canción versionando el Cantinero de Cuba de María Dolores Pradera (muy clásicos, mis primos):

Sandiero de Cu-ba, Cu-ba, Cu-ba,
Sandiero de Cu-ba, Cu-ba, Cu-ba,
solo come sandía para olvidaaaar...

Más o menos así es el que me vende las sandías. Pero con zapatos.

Y sobre todo ando. Ando bastante. Mucho más que diez mil pasos. No lo hago en plan "voy a andar para hacer ejercicio", lo ando para ir de acá para allá: llevar a la niña al cole, hacer mandados, ir al trabajo. De eso hablaré otro día.
Estoy contento de haber vuelto. Estoy saliendo del agujerillo (creo).

jueves, 2 de mayo de 2013

Changes... otra vez.

Ah, los comentarios... Este parón de más de un mes ha estado motivado, entre otras cosas, por un comentario. Me dejó listo de papeles. Echo polvo. Tiene que ver con la anorexia, la bulimia, y esas cosas tan jodidamente complicadas con las que, en realidad, nada tiene que ver este blog. ¿De verdad tengo que explicarlo? Es posible que sí. Peso 125 kilos. Adelgazo para encontrarme mejor, porque a la larga puede afectar a mi salud. Y reivindico con todas mis fuerzas el derecho a reírme de todo esto de las dietas, de mí mismo, de los que no tenemos ese poder mutante de comernos un big mac y que no se traduzca inmediatamente en medio kilo que quemar... Por supuesto que esto fue frustrante, que fue un problema, que fue una tragedia cuando fui adolescente (y un poco después también). Pero en todo este tiempo he descubierto algunas cosas sobre la vida que quiero dejar claras:
1º Que nadie sabe nada de la vida. Y que es mejor tomar distancia de los que te dan consejos como si nada tuviera secretos para ellos.
2º Que es perfectamente posible querer y que te quieran si estás gordo (EN SERIO).
3º Que es perfectamente posible ser feliz estando gordo (EN SERIO).
Y por último, pero no menos importante, que la vida es eso que pasa mientras estás en casa flagelándote con la idea de que estás gordo y que nadie te quiere.
Y ya está. No quiero frivolizar para nada. Me tomo muy en serio las enfermedades y el comentario, ese comentario, me afectó y me hizo pensar muchísimo. Me ha hecho replantearme incluso seguir con el blog. Por eso mismo, porque no tengo nada que ver con eso, creo que debo seguir. Porque como ya dije otra vez aunque pierda peso nunca dejaré de ser este gordo (encantador, aunque esté feo que yo lo diga). Solo tengo ganas de correr un poco maldita sea, comer un poco mejor, y viajar un poco más, y leer más libros...
Por lo demás todo bien. He comido como un descerebrado pero me ha mantenido en el peso que estoy andando mucho. Llevo dos días sin tomar coca cola light y eso me hace sentir bien.
Hola a todo el mundo. Os echaba de menos, joder.

Lo que en mi pueblo llaman un "cochino blanco"

lunes, 25 de marzo de 2013

Tengo hambre

Lo sé. Estas no son formas de aparecer por aquí después de tanto tiempo. Pero tengo hambre. Ansiedad. Ya sé que sabéis de lo que os hablo. He engordado aunque tampoco tanto. Hoy pesaba 126 kiletes. El hecho de que me siga pesando indica que por lo menos tengo cierto control sobre mí mismo. Control sobre mi descontrol. Estoy tratando de tomarme las cosas con calma y volver a coger las riendas. Estoy andando bastante y, gracias a eso, también me mantengo un poco. Pero como mucho y mal. Eso es lo malo. He entrado para decir hola. Para decir que no lo he dejado del todo. Para decir que tengo esperanza por volver a recuperar cierta esperanza. Para deciros que tengo ganas de volver y escribir más seguido.
Abrazotes.

lunes, 21 de enero de 2013

Jodido pero contento

Jo, la verdad es que no sé cómo empezar...
Bueno. Escritura automática. Lluvia de ideas. Intenta no ponerte muy negativo que después te riñe Ally Macbeer...
Mi hija me ha pintado una berenjena en el ipad... claro, me ve más gordo
124, 1 Kg hoy. Ya os dije que cuando la cago la cago a lo grande. Solo me comí un magnum en navidad, lo juro, pero luego, claro, le ataqué lo más grande a todo lo demás.
Me encontraba mejor antes. Eso es una obviedad pero es la mejor forma en que puedo resumirlo. Ahora como porquerías que me sientan fatal. Cenar mucho por las noches me hace dormir mal y muchas veces tener pesadillas y sin embargo...
Antes comía bien. A mucho de lo que comía le hacía fotos. Si comía fuera solo una tapa. Poco chocolate, pocas porquerías... ahora he caído en todo lo contrario absurdamente. Me niego a mí mismo.
Sé que estoy a punto de reencontrarme con esa persona que comía bien, que hacía ejercicio. Pero es como si me diera esquinazo a mí mismo. Estoy aquí al lado, puedo encontrarme enseguida y todo volverá a ser como antes. Son ocho kilos desde que escribí esa gilipollez de que firmaba llegar a después de las fiestas con 115 kilos.
Tengo ansiedad, eso también.
Ahora me voy a Madrid. Creo que hace dos años que no voy. A mí Madrid me relaja. Vivo en un pueblo y digo que Madrid me relaja. No, no estoy loco. Espero que después de regresar esté un poco más tranquilo. Y escribir más aquí. Y leeros y escribiros más reposadamente. Y tomarme esto en serio. Tomarme mi vida en serio.
Descontrol es, quizás, una palabra para resumirlo todo.
Por cierto, muchas gracias Javi, por tus mensajes. Me han animado mucho a volver a escribir. A decir, por lo menos, que aquí estoy. Jodido, pero contento.