viernes, 18 de diciembre de 2015

Un hombre y dos destinos.

Me jode no adivinar el futuro. Ahora mismo me gustaría saber cuánto voy a pesar el día 8 de enero. Bueno, me gustaría saber más cosas... pero entre ellas, esa. Y no es que no me fíe de mí. Podría decir que estoy seguro de que lo voy a hacer bien y que voy a mantenerme al menos, y que compensaré los días chungos de comidas familiares con cosas saludables y con ejercicio... y sí, por supuesto, creo que ha pasado el suficiente tiempo como para darme cuenta de que se puede comer bien y no pasar hambre (lo digo en serio, no es coña). Y que si a mí me gusta la verdura y la fruta no necesito atiborrarme de tanta carnuza como comía y que tengo que meter más pescado y... en fin, ESO.
Pero luego pasan muchas cosas. Cambia todo. Vienen vacaciones largas. Hay nervios, visitas, se compran cosas y están ahí (AHÍ, AHÍ, AHÍ... esto es el eco). Vamos, que uno puede tener toda la mejor voluntad del mundo pero que lo normal es que te pases más que que te controles.
Vamos a relajarnos, en el buen sentido. Vamos a tratar de no atormentarnos demasiado, vamos a tratar de asimilar que lo que hacemos lo hacemos porque nos hace sentir bien y, si comemos, porque toca comer, comamos sin resentimiento y sin sentirnos culpables después. Vamos a disfrutar de una cena o de una comida tratando de asumir quiénes somos, no quiénes queremos llegar a ser. Hoy es hoy. Y Mañana también será hoy cuando sea mañana, y así sucesivamente... ¿Stamos?

Por cierto, como alguna me habéis dicho que os da como cosa lo de Cosa he pensado ponerme nombre. He elegido JAN. Es catalán, y aunque yo soy un andaluz muy orgulloso de serlo me apetece y me gusta ponérmelo porque se parece al mío, ea.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Not very well

Bueno, más bien ni fú ni fa... pero es que no son fechas para estar demasiado centrado, todo hay que decirlo. La diferencia entre un día entre semana y el fin de semana es abismal. Entre semana estoy mucho más activo, ando bastante, y la comida la hago a tiro hecho, la suelo tener preparada del día anterior, como y a otra cosa. El fin de semana tiende a estar uno más inactivo y tengo que pasar mucho tiempo en la comida donde inevitablemente pico. A veces, es fruta, otras veces unas nueces, otras un pico, pero al final, picar, pico.
Y claro, el puente fue terrible. Cuatro días en casa y engordé de lo lindo. Demasiado que el viernes pesaba sólo medio kilo más. Además hice trampas porque cambié la cita del nutricionista. Y la aplacé a este viernes. Este fin de semana hemos celebrado el cumple de mi sobrino ¿Por qué se come tan mal en los cumpleaños? Luego está que de gimnasio, o andar, o bici o lo que sea voy fatal. Y que se echa encima la temida navidad y se me amontona el trabajo y que me parece a mí que no voy a estar por debajo de los 110 kilos de aquí al día de la lotería... Mañana martes tenemos comida de navidad del trabajo. otra en la frente. En fin, que todo se pone cuesta arriba. Mira que lo tenía ya cerca. Lo bueno es que uno ya sabe qué es lo que hay que hacer, lo tengo más o menos interioridad aunque es tan fácil salirse del camino...
Os leo. (¡Javi, hombre, bienvenido!)