martes, 30 de octubre de 2012

@##]**|!!€% en el cambio de hora...

Nunca, pero nunca nunca me había afectado tanto el cambio de hora. La verdad es que ha sido demoledor. Siempre se habla de los típicos pequeños trastornos con el sueño o el cansancio ya que anochece antes... Pero no hablan de los que somos padres de niñas de tres años y de cuatro meses, y tampoco hablan de los que estamos a dieta; no hablan, en fin, de la gente normal, como siempre.

¿Voy tarde? ¿Voy bien? Pero... ¿A dónde voy?
El domingo la cosa tiene un pase aunque ya se empiezan a notar los primeros síntomas. Mi hija se despertó a las siete menos cuarto, que eran antes las ocho menos cuarto. Por la tarde fuimos al cine y se me quedó dormida en el coche. Y yo todo el día con un hambre atroz. La sensación es de que necesitas comer y no llega la hora. Es solo una hora pero todo va como retrasado, me canso, me duele la cabeza, y por la noche llego hecho unos zorros a casa. Así fue mi lunes. La mayor adelantó aún más la hora de levantarse a las seis treinta. Me puse a contarle cuentos hasta la hora de bajar a desayunar. La llevo al colegio y no tengo pellejo para ir al gimnasio de lo cansado que me encuentro. Hoy mismo he almorzado a las doce y media. Vamos, ya ni en Dinamarca comen tan temprano. El caso es que por la noche llego tardísimo a casa y esto es un descontrol absoluto. Ya os digo, nunca nunquísima había estado tan trastornado por un cambio de hora. Para colmo el jueves es fiesta y me temo que ese día me puede fastidiar el peso del viernes. Esperemos que no.

viernes, 26 de octubre de 2012

Resumen de la semana once

119,3. Por hablar. Nada de bajar a los 118. De todas formas no estoy nada frustrado. Sé que en realidad estoy mucho más cerca de los 118 que de los 120 de nuevo. De hecho, voy a esforzarme por no subir en el fin de semana y que lo de los 120 sea ya historia para siempre.
Estoy contento, estoy bien. El contador del programita que os enseñé del teléfono ya pone que me quedan nueve kilos para llegar a esa meta tan extraña que me puse de los 110 kilazos. 9. Parece mucho pero es poco. Parece poco pero es muchísimo. Todo depende de a quién le parezca, todo depende de cuándo le parezca. Hacer esto es un mundo algunas veces, pero otras veces no es nada...

miércoles, 24 de octubre de 2012

Sin título

"¿Qué si es feliz? Con arreglo a la mayoría de los criterios él diría que sí, cree que lo es. De todos modos, no ha olvidado la última intervención del coro en Edipo rey. No digáis que nadie es feliz hasta que haya muerto."
Me apetece mucho escribir de vez en cuando cosas de los libros que estoy leyendo. Estoy muy entusiasmado con Coetzee y pongo esto porque creo que tiene que ver con lo que os decía el otro día. Punto y aparte. Tampoco hay que abusar. Creo que sobran las explicaciones.

huacala, pedazo de libro...
Esta semana lo estoy haciendo muy bien. Pasándome, pero haciéndolo muy bien. Realmente es una paradoja difícil de explicar. Estoy comiendo muy sano aunque no al cien por cien como debería ser una dieta. Ayer, por ejemplo, almorcé con un compañero de trabajo y me salté la norma autoimpuesta de comer solo una tapa. Comí dos. Pero una era salmorejo que es estupendo y que tampoco creo que engorde tanto. La otra era un flamenquín de esos alucinantes de los que ya he puesto una foto por aquí. Por la noche estoy cenando ensaladas del mercadona con unos tomates buenísimos que compré, atún, maíz y queso fresco. Todo abundante. Trato de no pasarme con el aceite de oliva pero sé que tomo más del que debiera (que es casi nada). Será por lo que ando, será por el (poco) ejercicio que hago, será porque ya tengo puesta la directa, el caso es que hoy me he pesado y estoy bajando de peso. Si sigo así el viernes estaré seguro por debajo de 118. Un gustazo. Espero no estar vendiendo la piel del oso antes de cazarlo con esto.
Hoy me he preparado un pisto de verduras y lo he acompañado de tres chuletas de cerdo. Estoy un poco hasta el gorro de tanto pollo así que en la carnicería me he liado la manta a la cabeza y he decidido que hoy comía cerdo aunque engorde algo más. Debía tener muy buen aspecto porque mi mujer me ha preguntado si no le hacía una foto. No se la he hecho. Tenía muy, pero que muy buen aspecto y estaba riquísimo todo. Para qué voy a fastidiaros a vosotros y fastidiarme a mí mismo poniendo tanta comida y tan rica ñam-ñam... Sigo con las clases de pádel pero todavía no he ido ni un solo día a la piscina. Me las prometía muy felices pero tengo ahí veinte baños muertos de risa. Espero poder empezar esta otra rutina pronto. Buen resto de semana.

viernes, 19 de octubre de 2012

Resumen de la décima semana

Soy un juguete del destino. Creo que esto lo he dicho otras veces... el caso es que por una extraña simetría parece que mi cuerpecito serrano estaba esperando a la semana diez para bajar de los 120 kilos. Pero bajo así. 119,9 Kg. ¿Qué son esos cien gramos? Posiblemente un calcetín. Qué digo, un cuarto de calcetín (que yo calzo un cuarenta y siete de pinrrel). Pero son mis cien gramos. Los súper cien gramos que me separan de hace una semana. Los gramos que me tienen que servir de asidero para seguir subiendo, que es bajando. He perdido trescientos gramos en esta semana, pero en el anterior post decía que firmaba quedarme como estaba. Escribir esto es lo que tiene, que si no te acuerdas de algo, o no te quieres acordar, está todo escrito para leerlo. Lo que pensaba hace una semana, hace un mes, hace diez semanas... hay que ver...

¡Mira al pajarito Canijo!

Sigo comiendo más o menos bien. Sigo haciendo el ejercicio que puedo. Sigo andando. Sigo pasándome un poco/bastante los fines de semana. Sigo siendo yo y estando relativamente contento de mi día a día después de todo. No renuncio a ser el gordo que era pero quiero dejar de una vez por todas de estar gordo.
Por último quería dedicar un poco de la entrada de hoy a hablar de Joey Gafapasta que ha conseguido llegar a su meta y ha perdido los cuarenta kilos que se propuso. Enhorabuena. La verdad, no es que se haya matado a escribir el hombre. Muchos se lo hemos reprochado en los comentarios de su blog. Nos hubiera gustado poder saber más de su día a día en el proceso hacia el cambio. Pero al contrario que yo, que soy mucho larala y poco lerele, él ha estado ahí en su pim pam pim pam y lo ha conseguido a base de esfuerzo, sacrificio y sabiendo equilibrar cuando se ha pasado un poco. Poco a poco me gustaría ir leyendo que todos y todas váis consiguiendo llegar a vuestros objetivos. Aunque, pensándolo bien, se trate de un objetivo a muy corto plazo. El objetivo es mantenerse, el objetivo es estar bien, el objetivo es ser feliz. Estaría contento, entonces, si una vez cada cierto tiempo puedo ver que escribís una entrada en la que digáis que sois felices.

lunes, 15 de octubre de 2012

Resumen de la novena semana

Sin cambios. No, no sin cambios que he perdido peso como siempre... sin cambios que ni he perdido ni he puesto. Ni frío ni calor. Cero grados. Ha sido una semana rara. Me he pasado un poquito y he vuelto después al redil me temo que demasiado tarde. El día que salí de viaje no pude ir a comer solo. Como estábamos tantos comimos de menú y ahí siempre pecas. Dos platos y postre. Lo peor de todo es que casi firmaría poder llegar al viernes de nuevo en este peso. 120,2. El fin de semana ha sido un pasote y además está el día de fiesta...
La camiseta que llevo tiene mucho mensaje oculto...
Hoy pensaba en un ejemplo gráfico de como me siento. Es como si cogiese una rama verde de un árbol. Una rama de las que no se parten por mucho que las dobles. Pues imaginad que cogemos una rama de esas y la forzamos por los extremos haciendo una U, y nos quedamos así una semana entera. Pensado en si cuando pasen los siete días habremos conseguido doblegarla, acostumbrarla a esa forma de U. Y así día tras día, con el esfuerzo que supone no dejar de sujetar la rama en ningún momento. En esto llega el último día, pongamos que es un viernes, y soltamos la rama a ver qué tal... y nada. La rama vuelve a estar más derecha que una vela (la madre que la...). Pues así me siento un poco. Es verdad que he soltado la rama más de dos y de tres veces, pero es injusto con todo lo que estoy haciendo que... en fin... Lo bueno es que estoy pudiendo ir a hacer ejercicio. Todavía no he ido a nadar ni un solo día pero intento forzarme a ir tres veces en semana al gimnasio o al pádel. Con esto espero por lo menos no poner mucho peso de aquí a que regrese a la senda de pensar en que estoy por el buen camino y sobre todo a recuperar una energía positiva que me motivaba muchísimo en lo personal.
PD. Hoy lunes peso 121,2. Justo un kilo más, y después de hacer ejercicio (ojú, ojú, ojú...)

lunes, 8 de octubre de 2012

"Voy a ver qué hay en la despensaaaaaargh...!"

Lo peor no son las cenas que organizas con tus amigos. No es picar un poquito mientras preparas la comida ni pasarte puntualmente una noche. Lo peor no es que un día vayas a un restaurante y te pidas dos platos porque te dé vergüenza comer solo unas veduras a la plancha. Lo peor no son los cumpleaños, el picar de la mesa donde están las chucherías porque estás todo el rato con uno y con otro y mantienes varias conversaciones a la vez y no sabes qué hacer con las manos... Lo peor no es eso. Lo peor es que después quedan todas esas sobras durante días, tal vez semanas, y las tienes que ver cada vez que abres un armario, un cajón, la despensa... están por todos lados. Después de la cena, cuando todo ha pasado, cuando te apetecería comerte algo dulce pero siempre vences la tentación porque entre otras cosas no había nada. Ahora sí lo hay.

Que alguien se lo coma ¡ya!


Mi mujer dice que ella tuvo que ver cómo me comía yo unos macrobocatas mientras ella estaba a dieta (yo no me acuerdo de eso). El caso es que me está costando más de la cuenta no caer en todas las tentaciones. Estoy resistiendo a medias. El fin de semana me he pasado como siempre. Me he pesado esta mañana y... como siempre también. Voy a ver si durante la semana hago un pequeño esfuerzo y lo supero. Mañana tengo que viajar por trabajo a un sitio con mucha fama de buena comida. Voy a tratar de salir a comer solo y de comerme mi tapa huérfana. Las cenas las haré lo más ligeras que pueda y a ver si por lo menos bajo de los ciento veinte kilos y puedo darme el alegrón de haber superado una meta volante importantísima para mí. Por lo que os leo creo que todos estamos pasando más o menos un bache. Debe ser cosa de las mareas, o una conjunción de planetas o... qué leches, que tenemos un hambre canina.


viernes, 5 de octubre de 2012

Resumen de la octava semana

Perdido en Brujas (hace tiempo)
Las semanas van pasando más rápido de lo que puedo procesar. Por motivos laborales y personales he estado más ausente de lo que me gustaría. Por ahora el poco deporte que estoy haciendo compensa algunas idas de olla y esta semana he vuelto a perder. 120,2 Kilos. Muy cerca de un objetivo intermedio, una meta no escrita que está en bajar de los ciento veinte kilos. No puedo prometer que después del fin de semana no venga otra entrada lastimita diciendo que me he pasado. No puedo prometerlo porque sé que me voy a pasar esta vez. Mañana celebramos el cumpleaños de mi hija. Con eso está dicho todo. De todas formas el peso en los súpermegagordos como yo fluctúa que es una cosa mala. Por curiosidad me he pesado esta mañana después de volver del gimnasio y estaba bastante por debajo de los ciento veinte. No es para cantar victoria, eso espero cantarlo la semana que viene. Por cierto, he bajado de 35 en imc. Eso quiere decir que no soy un obeso peligroso, solo soy obeso, sin más... un placer. Suerte a todos.

martes, 2 de octubre de 2012

Arguiñano rules

A pesar del día de ayer y del fin de semana no estoy mal. Me encuentro bien. Me parece que estas salidas de tono, o salidas de todo; son normales, la excepción que confirma la dieta. Al fin y al cabo solo comí dos rodajas de morcilla cruda metidas en pan y luego lo que viene siendo la pringá de las lentejas: un poco de chorizo y morcilla muy picadito también acompañado de pan pan. Algo así sirve para recordarte que estás vivo. Es un homenaje a la cocina tradicional. Un recuerdo a mis antepasados que todavía hacían matanza y vieron crecer a sus hijos rodeando una olla de lentejas.

Cómo cambian los gustos...
Mañana vuelvo a las clases de pádel. Me hace ilusión pero también voy con cierta precaución. Ya se lo he dicho al monitor, me preocupa joderme rodillas y tobillos (me he tomado en serio tu consejo, Javi), pero no me han hecho mucho caso que digamos. Me he respondido que he adelgazado mucho y que me ve en mejor forma... bueno, yo me veo en mejor forma, claro, pero también me veo lento de reflejos y el tute que le doy a las bisagras en lo que se refiere a movimientos bruscos sigue mosqueándome. Tengo treinta y seis tacos. No creo que a estas altura me vaya a convertir en un deportista, pero lo poco o mucho de deporte que haga me gustaría hacerlo sin el peligro de una lesión grave. La verdad es que las clases por ahora no son muy exigentes. Básicamente me conformo con pasar las bolas por encima de la red. Piano, piano...
Por último un tema escatológico. Esto del anonimato y de no conoceros personalmente hace que pueda hablar casi de cualquier cosa. Hasta hace pocos días yo exorcizaba a mis demonios interiores religiosamente a primera hora de la mañana. Mi mujer ha envidiado siempre esta capacidad depurativa mía tan saludable. Desde hace un tiempo el exorcismo he de hacerlo a media mañana. Eso también me está influyendo en el peso y en todo. Lo noto.
Os mando energía positiva a todos. Hay que seguir. Hoy el Arguiñano ha hecho un panegírico de la dieta mediterránea que por poco no se me saltan las lágrimas. Será que estoy sensible. Ha hablado de lentejas y todo... Si al final todo está más que inventado. Comida sana, ejercicio, y equilibrio personal (sin paranoias).

lunes, 1 de octubre de 2012

Chorizo, morcilla y cía.

Ya no voy a flagelarme por los fines de semana. Por ahora la cosa es así y no hay más. Engordo. Y mucho. La culpa es solo mía y de la rutina de los sábados y domingos, de mi incapacidad para sujetarme cuando todos a mi alrededor comen desatados. Lo que no puedo ni debo hacer es dejar que la cosa se vaya más allá del domingo a las 12 de la noche. Y hoy se ha ido.

Buscando una salida
No ha sido una barbaridad pero te baja la moral. Las lentejas tienen esas cosas. Precisamente después de pesarme y ver hasta qué punto la he cagado... jode. Me he pasado con el chorizo y la morcilla. Puesto así, negro sobre blanco, la verdad es que hace hasta gracia. De pronto uno lo ve con una perspectiva humorística... ¿es posible que esté escribiendo públicamente que me he puesto morado de chorizo y morcilla? Pues sí, hijo, eso estás haciendo. Si escribiera un blog sobre poesía, o sobre cine, o sobre hormigas, pues seguramente escribiría cosas más serias. Pero resulta que escribo un blog sobre mi sobrepeso. Y cuando estoy contento escribo que estoy contento, cuando estoy delgado escribo que estoy delgado, y cuando me pongo púo de chorizo y morcilla he de decirlo también sin medias tintas.
También he ido al gimnasio pero apenas he podido hacer nada. Un poco de cinta y otro poco de elíptica. En este gimnasio hay poco espacio. Hay tres elípticas juntas y hoy las dos de los extremos estaban ocupadas por dos tipos cincuentones sudorosos (claro) y gordos (clarísimo, como yo). La opción era meterme entre los dos como si fuese una jugosa loncha de pavo en un sandwich pero la verdad es que la perspectiva no me ha molado en absoluto. He hecho veinte minutos de cinta y luego 21 minutos en una de las elípticas que se quedó vacía. Es poco. Es lo que hay.
No he dicho cuánto he puesto en el finde. Han sido 800 gramazos. Si dejara de golpe la dieta la cosa sería dramática. Creo que en dos o tres semanas recuperaría sin remedio todo lo perdido. Después de esta sesión de autocañeado que me he dado creo que voy a tomármelo otra vez con calma ante el horizonte de bajar por primera vez en (¿cinco quizás diez?) años de los 120 kilos.

PD. En realidad creo que todo lo que tengo es que se me han acabado las galletitas con pepitas de chocolate que tomo para merendar y me he deprimido... Esta noche ceno sandía.