lunes, 13 de agosto de 2012

Ahí vamos...

Varón caucásico, 1,86 cm de estatura, 129 kilos (oscilando), pelirrojo, gafapasta, barba, casado y con dos niñas (una recién nacida).

Así seré cuando pierda los kilos que me sobran

Sí, lo sé, me has visto por ahí soy ese gordaco de las ojeras que empuja dos carritos a la vez y lleva a una niña colgada del pescuezo. Me has visto más gordo y luego un poco más delgado, pero luego me has vuelto a ver más gordo... soy el hombre que oscila, el hombre cambiante, el hombre que crece (a lo ancho), el hombre que mira la tapa que te estás comiendo y que, a la que te descuides, puede comerte a ti también. Estoy a dieta y tengo hambre, eso me convierte en alguien muuuy peligroso.
Pero no siempre he sido este hombre. Todos tenemos un pasado:
Yo era el niño que no comía, el de las patas de alambre, el canijo al que era imposible darle un yogur, y que cuando se tomaba un vaso de leche en el desayuno lo vomitaba al volver la esquina para desconsuelo de su madre. De ahí, en la adolescencia, o tal vez antes, pasé a comérmelo todo. Mientras más grasoso y porquerioso mejor. Entonces fui el niño gordito pelirrojo y con pecas. El lector de comics de la Patrulla X, el que veía Los Monsters y se sabía las canciones de la Bola de Cristal...


El personaje gordito y gracioso de la película, sí amigos, ese era yo...

De repente, en el instituto, algo cambió dentro de mí y pensé que si seguía por ese camino iba a morir virgen ¡NOOOOO!... la bicicleta de montaña me puso un tipito que me duró lo justo para engañar a la incauta que hoy día es mi mujer. Después de eso me puse como estoy ahora con los consabidos "100 kg es la frontera fatal", "bueno, 110... 120..." y así hasta 145 que pesaba hace algún tiempo. He hecho de todo para adelgazar. Sé lo que es el gimnasio, conozco a Dukan a Scardale y a toda la pesca, pero ahora es distinto. Voy a ser otro, simplemente, voy a comer distinto, cambiar de hábitos, saber de lo que hablo, cerrar de una vez la p. boca.

4 comentarios:

  1. Yo también me sabía las canciones de La Bola de Cristal... pero en esa época era una adolescente delgadita y monísima de la muerte. Ainssss, qué tiempos...

    Suerte en el intento. Ahí vamos todos...

    *^_^*


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  2. Gracias por comentar... uno se siente mejor escribiendo lo que le va pasando y muchísimo mejor si sabe que eso que escribe es leído. ¡Suerte!

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  3. Me encanta el aire vintage que tiene esta entrada con la que empiezas, y que además te sinceres tanto sobre lo que ha sido tu vida en lo que a peso se refiere, no siempre es fácil contar la vida propia. ¡¡Bienvenido al mundo bloguero!!

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  4. Seguimos en la brecha Joey. Ni dejes tantos dias sin escribir hombre...

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