Como puede verse mi línea de peso ha estado desde septiembre del año pasado en torno a ciento treinta y algo. En febrero o marzo fuí al médico de cabecera porque tenía un dolor intenso en las rodillas y me echó un sermón súperconvincente sobre la posibilidad de tener diabetes con cuarenta años y de morirme con cincuentaytantos, no ver crecer a mi hija... vamos, un drama. El caso es que como puede verse en el siguiente gráfico no me fue tan mal.
Los meses de mayo y junio fueron estupendos. Sobre todo porque después de una mudanza y todo el stress que genera me puse a hacer ejercicio por las mañanas. Ahora trabajo por la tarde con lo cual tenía bastante tiempo para ir al gimnasio y luego hacer la comida hasta que me iba a las 13,30 aproximadamente al trabajo. ¿Qué ocurrió entonces? Ocurrió mi segunda hija y el verano. No es que tenga la culpa de nada la pobre pero se acabó el gimnasio y lo único que puedo hacer es salir un rato con la mayor en el carro y llevarla a un parque que esté lo más lejitos posible. La verdad es que podía ser peor. Cuando me desfasé me desfasé a lo grande y me he comido las tarrinas de helado del mercadona mano a mano con mi mujer en dos noches. De 127,5 que fue mi mayor logro, pasé a los 129,5 en los que he empezado esta aventura y la verdad es que en una semana me he podido quedar más o menos como estaba.
Si os digo la verdad lo que se me apetece ahora y haré en cuanto pueda es andar. Tengo ganas de tener un poco de tiempo libre y darme largos paseos sobre cuyos beneficios para la salud estoy leyendo mucho y que comentaré otro día...
Me encantan los gráficos, te ha quedado super geek... me pasa como a ti, me flipan todos los aparetejos, viviría rodeado de ellos...
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