Bueno. Ya llevamos diez días a lo tonto a lo tonto. Sigo en Madrid. Ayer otros 20.000 pasos viendo cosas y disfrutando. Voy al grano que tengo prisilla.
Desayuno: pues un desayuno de hotel. Ahí no te privas de nada. Para empezar había donuts y yo, ya lo he dicho en algún sitio, tengo una especie de debilidad genética con los donuts de azúcar. No los compro ya nunca, pero si los tengo ahí gratis para cogerlos pues no puedo resistirme. Mal, lo sé, pero es lo que hay. No soy de piedra. Hoy caerán de nuevo.
Media mañana: una manzana con piel y todo por la calle de Alcalá más feliz que una perdiz.
Un poco más de media mañana: dos cervezas y una coca cola light. Esto fue inevitable con la gente del curso, compañeros y eso. No me puedo escaquear más. Hay que hacer un poco de vida social y las cervezas cayeron sin remedio.
Almuerzo: sopa de ajo y bacalao, risotto con champiñones y de postre un flan de coco (sé que sobraba).
Luego andar andar andar y de merienda-cena dos naranjas.
Me he pasado un poquito más pero desde luego nada que ver con lo que había hecho si no tuviese el chip de volver a comer bien. Menos los donuts lo demás entra dentro de lo que considero comida sana. Hasta el flan que era pequeño.
Hoy regreso a casa por fin. Ya echo de menos que mis hijas me vuelvan loco ;-))
No hay comentarios:
Publicar un comentario