lunes, 3 de septiembre de 2012

Me siento delgado

Bueno, es un poco coña porque ya sabéis que peso 126 kilazos y delgado, lo que se dice delgado, no estoy. Pero sí estoy lo más "delgadito" que he estado en muchos meses y eso me hace sentir muy bien. Como hoy es mi primer día de trabajo ha llegado ese momento en el que te ve la gente que hace dos meses que no te veía y te dice "Estás más canijo ¿no?" Y uno dice... "Pshé, quizás un poco", como si hubiese sido por arte de magia cuando no solo está haciendo un gran esfuerzo, sino lo está poniendo negro sobre blanco para grabárselo en la sesera.

Árbol que veo a diario viniendo a trabajar... 
Por lo demás la cosa sigue estando muy mala (no, ahora no la Cosa yo, sino la otra cosa). Tengo problemas con mi nuevo horario, tengo problemas económicos (como todos), y algunas veces me entra la amargaera no sé si por la dieta o porque se me hace todo una bola que me supera un poco. Me ayuda saber que esto lo estoy haciendo (por ahora) más o menos bien. Y es que es verdad más o menos porque yo también tengo momentos de debilidad y momentos en los que por narices no tengo más remedio que caer en la tentación de la comida. El fin de semana me he pasado más de una y más de dos veces con "cositas" insignificantes que puestas una detrás de otra serían para que me dieran dos collejas. De hecho esta mañana me he pesado y he puesto 300 grametes en dos días con sus noches. Sin embargo no pienso venirme abajo. Sé que es una crisis pasajera y que son cosas que mi yo glotón no ha podido reprimir. Sé cómo hacerle frente y cómo remontar en estos cinco días que me quedan hasta el viernes. Adiós 126,300. Hola 125.

3 comentarios:

  1. Que si necesitas una voluntaria para darte las dos collejas, que oye, pa lo que haga falta, eh...

    A mandar :-)))

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  2. ¡Pues a la cola Amelia!... tengo por aquí deseando a mi madre, a mi mujer a mi jefa... y el caso es que alguna simbólica me cae.
    Te apunto en la lista de todas formas. Juas!

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  3. Bueno, las tentaciones hay que saberlas gestionar. Como ya he dicho otras veces: si yo te digo "no pienses en un caballo blanco", ¿en qué piensas precisamente? pues en un caballo blanco, hay que joderse!! Yo estoy por: caer lo justo, identificar la emoción (sigo estando convencida que es el motor de todo, como una programación que nos hicieron o hicimos, un lavado de cerebro asqueroso que nos hace creer que la comida nos alegrará) y reprimir las tentaciones poco a poco, nada de bravuconadas, hacerlo con consciencia. Qué fácil decirlo, no? venga, ánimos!

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