El resto de la semana la he pasado bien. Para mi gusto he comido muy poco. Creo que me he pasado de comer poco. Aparte del desayuno que lo hago muy consistente, el almuerzo ha sido un plato y muy poca cantidad, dos días una sola tapa (o sea plato pequeño). Por la tarde las dos galletitas de marras y por la noche ensalada y/o fruta. He interiorizado el dicho de desayunar fuerte, comer poco y cenar casi nada. Pero sé dónde están los fallos (otra cosa es que esté muy dispuesto a combatirlos). En primer lugar tomo demasiado aceite. Un poco en el pan por la mañana, el que lleve la comida del almuerzo y el que le pongo a la ensalada de por la noche. Seguro, seguro que son más de tres cucharadas soperas. Eso son calorías pero no estoy dispuesto a aliñar la ensalada con limón ni porquerías de esas. Por ahí no paso. Prefiero quitarme de otras cosas o hacer más ejercicio, que está claro que es otro de los deberes que tengo que cumplir. Mi podómetro dice que más o menos ando al día unos cuatro kilómetros en el trayecto de casa al trabajo y viceversa. La mitad de los diez mil pasos que me había propuesto. Ahora mismo no puedo sacar más tiempo pero la semana que viene que mi pequeña empieza el colegio veremos si puedo hacer algo más.
En Bassano del Grappa, hace unos añitos. Nostalgia de Italia |
Un truco para los aceites de las ensaladas: hay aceiteros de spray. Rocías y aunque llega a toda la ensalada la cantidad es mucho menor. Inconvenientes: se estropean facilmente porque el aceite es muy denso y suele obstruir el agujerito del spray. También venden unos como en un bote de flit y así vas cambiando de bote, no me preguntes dónde que no me acuerdo...:)
ResponderEliminarBuen consejo. Gracias Matrioska. Lo voy a buscar. El caso es que yo me hago unas ensaladas bastante grandes, pero probaré ese sistema a ver si así tomo menos aceite de oliva.
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