Uno: estaba gordo.
Dos: todavía no había besado a una chica.
Tres: ... bueno, digamos que esos eran mis mayores problemas. Pocos pero importantes.
Sin embargo le respondí instintivamente que sí, que era feliz.
Estos días me he acordado de esa historia porque el instituto en el que estuve celebra su 25 aniversario y nos han escogido a unos pocos para que escribamos algunos recuerdos de nuestro paso por allí. Echando la vista atrás, y a pesar de todos mis problemas (vale, dos) creo que fueron unos años de locura y felicidad plena porque me reí muchísimo y porque me sentí libre.
Casi todo el mundo mitifica la infancia. Yo no. No me da ningún reparo escribir que no fui un niño feliz. Los niños tienen muy poca capacidad de ser libres, de expresarse como son. Los padres, los profesores, te tienen metido en ese cajón de sastre que es la infancia (para ellos) en las que hay que hacer cosas de niños, jugar con otros niños, leer y ver cosas de niños. Y hay niños que tiene muy mala leche, hay niños que tienen malas ideas de adultos, hay niños que hacen más daño que un adulto. Por eso yo siempre tuve ganas de crecer, porque crecer me fue haciendo autónomo. Y ser autónomo es ser consciente de que eres libre. Y ser libre es ser feliz.
He pensado esto profundizando un poco en lo que escribí el otro día sobre el recuerdo que me queda ahora de hace dos años, cuando estaba jodido trabajando por la tarde, y que sin embargo llevaba bien la dieta porque me encontraba a gusto, equilibrado. Usando bien el poco tiempo que tenía para disfrutar de las niñas. Y eso lo veo ahora, que ha pasado un tiempo, como veo con claridad lo feliz que fui en los últimos años de instituto, cuando me dejaron ser yo por fin.
La putada es que por ahora solo puedo verme feliz en el pasado. Mi logro más importante sería mirarme a mí mismo aquí, ahora, y ser absolutamente consciente de que yo, hoy, soy feliz.
A mi me han enseñado que ser feliz es una opción y, por lo tanto, si quieres serlo tienes que trabajarlo.
ResponderEliminar¿Cómo? Pues siendo optimista, positivo y viviendo el HOY.
Ésto mismo lo podemos aplicar a la dieta. Ayer me salté o cometí " una imprudencia alimentaria" jajaja pues HOY en la comida de AHORA, me voy a alimentar con algo saludable, nutritivo y que encima me guste ( la carne con tomate ;-P )
Un abrazo
Adelgazar no te hace una persona feliz, adelgazar sólo te hace delgado.
ResponderEliminarCreo que tienes razón pero, aparte de la felicidad y eso, adelgazar (el proceso, no la meta) te hace encontrarte bien, te da bienestar, y eso es estupendo para el día a día.
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