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| ¿Un filósofo? No, es un hombre que camina. |
Estoy en una fase rara, rara, rara. Sé que mirando la tabla de proceso ahí al lado puede parecer alarmante pasar de los 113 y pico de noviembre a los 121 de ahora en febrero. Pero ha sido un proceso la mar de natural... no hace falta que os explique mucho. La cosa consiste solo en comer, comer de todo, comer mal, y moverse más bien nada. Sencillo ¿verdad? He empezado muy pocos poco a poner enmienda. Para empezar he desempolvado el fitbit que, a decir verdad, es un aparatito de lo más motivador. Gracias a él sé que no es difícil que con mi rutina diaria, yendo al trabajo andando y moviéndome un poco aparte, puedo llegar a dar unos 15.000 pasos, alrededor de los 10 kilómetros. Cogerle el tranquillo al aparatito me ha vuelto a hacer pensar sobre que prefiero andar a correr. Andar tiene mucho más que ver conmigo. No es solo que sea menos cansado (que lo es), es que va más con mi personalidad y además creo que es menos probable que me quede sin rodillas o tobillos de aquí a cinco o diez años. Además, lo reconozco, leer el blog de
100 kilómetros de Colmenar me ha motivado un poco más y me ha hecho ser más realista con respecto a las posibilidades y a los retos que te puedes marcar. Donde vivo hay una especie de club de senderismo y cada dos fines de semana van a algún sitio a hacer excursiones muy variadas. si tuviese algo más de tiempo me animaría a hacerlo. Quizás ahora no es el momento pero por ahora puedo ir entrenándome para tener un mediano fondo físico. Por ahora voy a tratar de mantenerme en los 10 kilómetros diarios (ya es difícil hacerlos sobre todo los fines de semana) y ver hasta dónde puedo llegar con esto sin perder de vista que mi objetivo fundamental es adelgazar hasta los 110 kilos (por ahora).
Os leo.
