Ya tenía hasta a quien echarle la culpa. Que si el cambio de hora, que si el día de fiesta tan inoportuno, que si el tiempo... el caso es que el lunes hice uno de esos pesajes rutinarios para ver con desesperación que había vuelto a los 120 kilos. Así, ni más ni menos, justo lo que dije que no iba a pasar. Es cierto que luego me porté razonablemente bien y que el miércoles hice deporte, pero hoy estoy en 118,8 y eso me hace muy feliz. En primer lugar porque aunque me he pasado un poco mi cuerpo tiene el hábito de seguir perdiendo. Segundo porque aunque me he pasado un poco ya tengo ciertas pautas que mantengo y si me paso por la mañana por la noche me controlo o ceno fruta. Y tercero porque aunque me he pasado un poco... tengo conciencia de que me he pasado un poco.
He perdido medio kilo. Esto no es una carrera de cien metros lisos. Aunque me gustaría llegar a las navidades con los ciento diez kiletes tampoco me voy a poner estupendo teniendo en cuenta que en efecto... me estoy pasando un poco.
Lo que ha quedado claro es que te has pasado un poco... pero viendo la columna de ahí al lado, la verdad es que esa es la forma correcta de perder peso: despacito y buena letra.
ResponderEliminarAsí que, en realidad, no te estás pasando tanto. No has subido ni una sola vez, y eso es una victoria como un piano de cola.
Un abrazo.
Oh, las excusas que llegan a pasarnos por la cabeza merecerían un óscar al guión más imaginativo...
ResponderEliminarY tú merecen un óscar al mejor actor dramático porque, de verdad, ya quisiera yo perder algo de peso TODAS las semanas.
Asi que levanta esos ánimos y cuéntanos algo divertido, que tú sabes cómo.
Bueno bueno no hay prisa, allegro ma non tropo.......o lo que es lo mismo, sin prisa pero sin pausa!Ánimo!
ResponderEliminarSobre todo, tener conciencia de...sigue así, ánimo!
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